Close

El Mundo – Catalunya

From the 21 May El Mundo reported by Pilar Maurell:
(Google translation)
BARCELONA.-Lo empezó para su hija mayor y lo terminó para la menor. Y es que Neil Gaiman, el creador de Sandman, tardó casi una década en escribir Coraline (Salamandra), una novela, dicen, infantil.

En escritor Británico, afincado en Estados Unidos, es un autor de culto conocido especialmente por el cómic Sandman, del que se venden más de un millón de ejemplares al año, e ilustrado, al igual que Coraline, por el artista Dave McKean.

«En 1991, mi hija mayor tenía cinco años y al regresar a casa del colegio me dictaba pequeñas historias sobre niñas pequeñas que eran secuestradas por diablos, y cosas así. Luego pensé que yo era escritor y que debía escribir algo para mi hija sobre magia, por ejemplo», cuenta Gaiman, que confiesa enseñó Coraline a un primer editor y le aseguró que era «muy bueno pero impublicable» como libro infantil.

«Tardé mucho en escribir Coraline, lo hacía en mi tiempo libre.Cuando eres escritor nunca tienes tiempo, siempre estás ocupado y vas tarde, era aquello de ‘en casa del herrero, cuchillo de palo’», reconoce Gaiman. Hasta que llegó el decimotercer cumpleaño de Holly, su hija mayor, «y vi que se me había hecho tarde con ella, que ya era demasiado mayor para el libro». Pero quedaba Maddy, la menor, y Gaiman decidió enseñar cinco capítulos de Coraline a su editor americano. «Dijo que era bueno, yo le pedí que me hiciera un contrato para obligarme a terminar la novela y este ha sido el mejor negocio que hizo mi editor en años», relata el escritor medio en broma.

Porque Coraline es uno de los libros más venidos en Estados Unidos desde hace meses, sólo superado por la saga Potter. El caso es similar al de los libros de Rowling, porque el libro ha ‘enganchado’ tanto a niños como a adultos. «Yo no lo sabía», apunta Gaiman, «lo terminé cuando mi mayor tenía 16 años y pensé que ya no lo leería, pero no fue así». «Hasta mi agente me dijo que el libro era terrorífico, demasiado para los chicos», reconoce el escritor con una media sonrisa. «De hecho Coraline tiene dos lecturas distintas, una para niños y otra para adultos», explica Gaiman.Los primeros la leen como una «aventura», mientras que los adultos «se toman el libro como la historia de una niña que está en peligro», sigue el escritor. «Las dos lecturas funcionan», añade.

Coraline es la historia de una niña que se muda con su familia a una nueva casa, sus padres son profesionales liberales y están siempre muy atareados. Ella está de vacaciones y se aburre, hasta que de pronto la niña descubre una puerta que la lleva a un mundo paralelo.